Valoración de los resultados electorales del 24-M
Las Elecciones Locales y Autonómicas del 24 de mayo de 2015 han provocado una transformación importante del mapa político en España, viéndose alterada la situación de estabilidad institucional que se derivó de la hegemonía alcanzada por el Partido Popular en 2011.
Después de la irrupción de Podemos en las Elecciones Europeas de 2014, ahora se ha confirmado la aparición de un nuevo actor emergente, el partido Ciudadanos, que genera una inédita competencia en un ámbito, el del centroderecha, monopolizado exclusivamente por el PP hasta este momento.
La ausencia de mayorías absolutas obliga a la puesta en marcha de pactos entre varios partidos. En algunos territorios es posible que no se alcancen provocando nuevas elecciones en los próximos meses, como ya sucedió en Asturias en 2011. A nivel municipal, si no se alcanzan pactos, la ley prevé que sea alcalde quien encabeza la lista del partido más votado. Esta situación no evita que a mitad de legislatura puedan establecerse nuevas alianzas para desbancar a estos alcaldes.
En esta Nota Técnica, exponemos las coordenadas del nuevo escenario político que se ha abierto en España y analizamos las perspectivas para el futuro inmediato.
1. Coordenadas de los resultados electorales.
1.1. Elecciones municipales.
– Con el 99,83% del voto escrutado, el Partido Popular habría obtenido un total de 6.057.767 votos en las Elecciones Municipales del 24 de mayo, lo que representa el 27,05% del total. En relación a 2011, el partido del Gobierno en España desde hace tres años y medio ha perdido casi dos millones y medio de votos y más del 10,5% de porcentaje del total de votantes.
– El principal partido de la oposición, el PSOE, también empeora resultados, aunque la pérdida es menor: logra el apoyo de 5.603.823 electores, el
25.02%, lo que significa que ve reducido su
respaldo electoral en más de 600.000 votos, un
2,77% del total, respecto a 2011. Los resultados de estas elecciones son los peores para el PSOE desde el inicio de la democracia.
– Pese a su escasa implantación territorial, Ciudadanos apostó por presentarse en todo el territorio nacional con su denominación. Sus resultados han estado por debajo de las expectativas levantadas por las encuestas: ha alcanzado casi un millón y medio de sufragios (el 6,55% de los electores) en el conjunto del territorio nacional.
– La fuerza que dirige Pablo Iglesias, Podemos, decidió hace unos meses no concurrir con su nombre a los comicios locales, optando por la integración en plataformas electorales con diversos apelativos, lo que vuelve difícil el cálculo del apoyo global conseguido por esta formación e introduce confusión sobre la proyección a futuro del partido de Iglesias.
– De las grandes ciudades en España, el PP sólo conservaría el gobierno en Málaga. Además de
Madrid, puede perder las alcaldías de Valencia (que mantenía también desde 1991) y Sevilla. En Andalucía, el retroceso de este partido ha sido especialmente sensible: aparte de la capital de la comunidad, puede perder tres capitales de provincia más, de las ocho que controlaba.
– El PSOE avanza en Andalucía (donde gana las elecciones municipales con casi el 35%, frente al
30% del PP) y recupera bastantes municipios de tamaño mediano en todo el territorio español. Sufre retrocesos en las ciudades (aparte de las andaluzas), sobre todo en las de mayor población, como Valencia o Zaragoza, además de la caída que registra en Madrid o Barcelona.
– El partido Ciudadanos puede ser decisivo para la formación de mayorías en muchas ciudades, sobre todo para el PP, pero no consigue situarse en situación mayoritaria en ningún municipio relevante, lo que le resta gran parte de su proyección nacional.
– A falta de cifras globales, el partido de Iglesias exhibe los buenos resultados de las plataformas donde se integró en Madrid o Barcelona, así como de las llamadas “mareas” en Galicia, como éxitos propios. Falta comprobar la traducción en poder municipal que sean capaces de conseguir mediante pactos con otras formaciones políticas.
– El PNV ha registrado un avance considerable en la mayoría de municipios del País Vasco, revalidando su primacía en Bilbao y desplazando a EH-Bildu como partido más votado en San Sebastián. En Cataluña, CIU sufre la sensible pérdida de Barcelona y consigue 110.000 votos menos que en 2011, mientras Esquerra Republicana de Catalunya ve aumentar su respaldo en más de 240.000 sufragios.
1.2. Elecciones autonómicas.
– El Partido Popular ha sufrido importantes caídas en las comunidades autónomas donde se celebraron elecciones: no ha revalidado ninguna de las ocho mayorías absolutas que alcanzó en 2011 (a las que se sumaron, mediante acuerdos, Gobiernos en otras dos: Extremadura y Aragón). Tras los resultados de 2015, puede mantenerse sólo en cuatro gobiernos si pacta con Ciudadanos (Madrid, Castilla y León, Murcia y la Rioja). El retroceso es especialmente significativo en Extremadura y la Comunidad Valenciana, haciendo inviable que consigan renovar Gobierno en ninguna de las dos.
– El PSOE ha vuelto a ganar en Asturias y recupera la mayoría en Extremadura. Además, lidera la mayoría de izquierdas registrada en Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares. En todos los casos, necesitará de pactos con otras fuerzas de izquierdas, entre las que figura siempre Podemos, para hacerse con el gobierno.
– En Canarias, Coalición Canaria vence en escaños, aunque el PSOE obtuvo más votos. La opción de pacto inicial era entre Coalición y PP pero no suman mayoría absoluta. El candidato nacionalista debe decidir si busca un socio adicional junto al PP o cierra acuerdo con el PSOE.
– En Cantabria, la formación regionalista PRC es la alternativa mayoritaria al PP, por delante del Partido Socialista.
– La situación más compleja se da en Navarra, donde UPN baja y los nacionalistas moderados de Geroa Bai superan a EH-Bildu.
2. Escenario de pactos.
– Tras los desencuentros en Andalucía, donde el PSOE no ha conseguido todavía ni siquiera la abstención de Podemos y Ciudadanos en las tres votaciones de investidura de Susana Díaz como presidenta autonómica, el panorama de los posibles pactos en muchas autonomías y municipios de España es incierto.
– La lógica de los movimientos electorales del 24M conduce a una unión del centro izquierda y la izquierda (PSOE y Podemos, esencialmente) para desplazar al PP. Este partido, por su parte, sólo cuenta con la opción de la formación centrista Ciudadanos para conseguir algunas mayorías. El PSOE y Ciudadanos (otra opción ideológicamente plausible) no suman mayoría suficiente en ningún territorio relevante.
– Ninguno de estos pactos se producirá de manera automática, pero la presión de los electorados respectivos y la aritmética acabará decantando las posibilidades mayoritariamente hacia esas opciones. Los partidos emergentes pondrán condiciones para apoyar a las fuerzas tradicionales del bipartidismo y marcar de ese modo el tiempo nuevo.
– En los municipios, si no se alcanza acuerdo, la lista más votada será automáticamente quien ocupe la Alcaldía. Posiblemente, a mitad de legislatura veamos mociones de censura cuando se negocien nuevas mayorías. El Ayuntamiento de Barcelona es, por ejemplo, uno en el que se espera Gobierno de Barcelona en Comú, pero sin terminar los cuatro años de mandato.
– A nivel autonómico, podemos esperar que se repita alguna elección en los próximos meses en los que no se pueda formar Gobierno. Es esperable que en la segunda etapa de la Legislatura, se produzcan cambios en los pactos como sucedió en Andalucía y Asturias (donde el PSOE expulsó a IU del Gobierno) o en Navarra (donde UPN excluyó al PSN).
– Ciudadanos ha tenido una irrupción destacada, pero no consigue la capacidad de influencia que esperaba, ni a nivel autonómico ni municipal. Tal vez la posición lograda en la Comunidad de Madrid compense esa decepción, pero la falta de una referencia destacada en algún gobierno, sobre todo en los locales, puede pesar mucho en el despegue del partido.
– Podemos se sitúa en una posición crucial para determinar la formación de muchos Gobiernos locales y autonómicos encabezados por el PSOE, aunque falta comprobar qué nivel de implicación asumirán en esos ejecutivos. La idea general del partido (como sucede con Ciudadanos) es no entrar en ningún gobierno brindando apoyo desde fuera, para no identificarse en exceso con una fuerza a la que han criticado duramente.
– Izquierda Unida, pese a perder menos de doscientos cincuenta mil votos en las municipales (mantiene un apoyo superior al millón de sufragios), ofrece la imagen de una práctica desaparición, al no entrar en apenas parlamentos
autonómicos y disolver su marca en candidaturas locales de integración. Su capacidad de influencia en los pactos será muy limitada.
3. Perspectivas de futuro.
– Estos comicios han puesto de manifiesto la existencia de una crisis generacional en el PP, con toda una generación (Aguirre, Barberá, Monago, Fabra, Cospedal, Herrera…) que puede verse arrastrada a la retirada sin que haya un recambio claro en sus territorios.
– El PSOE vive una situación de tensión entre la líder del socialismo andaluz, Susana Díaz, y el secretario general, Pedro Sánchez. La inmediata reivindicación de la victoria en Andalucía puede indicar que Díaz está dispuesta a intervenir en las próximas primarias del PSOE en el que los militantes elegirán al candidato que se presentará en las Elecciones Generales. El estrechamiento del margen entre los socialistas y el PP a nivel general beneficia a Sánchez.
– Como hemos comentado, la dificultad para alcanzar pactos entre fuerzas tradicionales y partidos emergentes, que han basado su ascenso en la crítica a las anteriores, podría desembocar en situaciones de bloqueo que condujeran a nuevas elecciones en algunas autonomías. Es dudoso que tanto Podemos como Ciudadanos quieran apostar por una imagen de irresponsabilidad institucional. En la repetición de elecciones, la polarización podría hacerles perder a ambos apoyo electoral.
– El partido de Pablo Iglesias ha obtenido mejores resultados a través de su integración en plataformas electorales, con fuerte presencia de la izquierda social, que los logrados por sus listas autonómicas, con marca propia, en algunos territorios. Falta comprobar, por tanto, qué fuerza real tendrá cuando se presente exclusivamente con sus siglas en toda España.
– La conclusión general que ofrece el resultado de estos comicios es que España ha optado por castigar al Gobierno del PP y ha girado a la izquierda, obteniendo un mayor apoyo la suma de las candidaturas del PSOE y Podemos que la suma de las candidaturas del PP y Ciudadanos.
– La irrupción de Podemos puede tener un considerable impacto en el proceso soberanista de Cataluña, ya que la victoria de la plataforma apoyada por este partido en Barcelona ha puesto en cuestión incluso la celebración de las elecciones autonómicas anticipadas en esa comunidad, a las que CIU y ERC quieren dar un carácter plebiscitario.
– La extrapolación de los resultados del 24 de mayo a unas hipotéticas generales reduciría la mayoría del PP a sólo entre 110 y 130 escaños, con el PSOE por debajo de los 100 y un máximo de 60 de Podemos (pese a las dificultades citadas para calcular el apoyo real a este partido). Ciudadanos estaría a más distancia al no conseguir representación en casi ninguna circunscripción de menos de 6 diputados. CiU y PNV tendrían resultados algo por encima de los actuales, con un papel bisagra importante.
– El presidente Mariano Rajoy, tras su afirmación inicial de que no piensa adoptar cambios ni en la composición de su ejecutivo ni en sus políticas, ha abierto la puerta a realizarlos en breve, tras las presiones recibidas de sus barones territoriales. En el Gobierno, se da por descontada la salida en las próximas semanas de Wert y de Guindos, lo que obligará a la restructuración del gabinete. Es posible que los remplazos salgan del propio Ministerio, como sucedió en el caso de Arias Cañete.
– La apuesta de Rajoy se mantiene en convencer a la mayoría de los españoles con su oferta de estabilidad y prosperidad económica frente a las políticas de izquierda. La presión en su partido y en Moncloa se está elevando para exigir la adopción de medidas de renovación y un mayor contenido político en los mensajes, para combatir el desapego provocados por la corrupción y la desigualdad social.
– En las próximas semanas crecerá también la presión para remplazar como candidato a Rajoy de cara a las Elecciones Generales de finales de 2015. Como ocurrió durante el Congreso de Valencia del PP de 2008, es posible que se haga el intento pero es improbable que se provoque el recambio de Rajoy.