Tercer retiro de los fondos previsionales deja en evidencia crisis política en Chile

Hace unas semanas, se comenzó a tejer en la política chilena, lo que sería un nuevo proyecto de ley para permitir un tercer retiro desde los fondos de pensiones, como una medida para entregar recursos frescos a la ciudadanía, de manera universal y rápida y con gran aceptación popular. Sin embargo, este debate político -no exento de críticas y ofensivas por parte del Ejecutivo y gremios empresariales- dejó en evidencia la profunda crisis política que sufre el país, con un gobierno cada vez más solo y sin manejar la agenda, marcando lo que serán los últimos meses de la administración de Sebastián Piñera.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL LE QUITA PISO AL EJECUTIVO
El 23 de abril, y luego de una larga discusión y con una mayoría aplastante, el Congreso aprobó un nuevo proyecto de ley que permite a los afiliados a los fondos de pensiones poder retirar el 10% de sus ahorros, como una medida para inyectar recursos directos a los ciudadanos afectados por la pandemia y, al mismo tiempo, una crítica a las restrictivas ayudas que implementa el Gobierno.
En medio de la discusión, el Ejecutivo fue enfático en rechazar este proyecto de ley de diferentes formas. Nuevamente, ministros de Estado y algunos gremios empresariales, se desplegaron en medios de comunicación para sustentar los argumentos en relación al rechazo de este proyecto.
Con los otros dos retiros anteriores, unos 3 millones de personas quedaron con sus cuentas vacías en las AFPs, cifra que seguiría incrementándose de aprobar un nuevo retiro. Pero además, los empresarios reclamaban que con esta medida, las personas preferían recibir dinero fresco y no buscar trabajo, argumento que fue muy criticado por distintos sectores de la sociedad.
Con este escenario, el Ejecutivo decidió enviar al Tribunal Constitucional (TC) un requerimiento de inconstitucionalidad frente a este proyecto de ley. Acción que fue ampliamente criticada por diversas bancadas políticas, ya que representaba cierta “confianza” por parte del Gobierno frente a que la decisión del TC, iba a reafirmar que la medida era inconstitucional y porque ya estaba instalada la idea que el TC actúa como una Tercera Cámara, situación que algunos sectores pretenden cambiar con la nueva constitución.
La presión de todos los sectores hacia el Gobierno se hacía insostenible, lo que demostraba la orfandad del Ejecutivo. En una acción inédita por la forma y fondo, el fin de semana el Ejecutivo presentó su propio proyecto de ley para permitir el retiro de fondos de pensiones. Lo que antes se criticaba, ahora se patrocina, con la salvedad que se instauraba el reintegro de los dineros aumentando la cotización con cargo a los empleadores y al Estado. Este zigzagueante actuar del Gobierno, llamó más la atención y reavivó las críticas al actuar político de la administración de Sebastián Piñera, además de instalar la desconfianza reinante frente a una decisión contraria en el TC.
El desenlace de una semana negra para el Gobierno se dio este martes 27 de abril: el Tribunal Constitucional -también plagado de disputas internas- decidió no acoger el requerimiento del Gobierno, dejando en evidencia la soledad con que gobierna la actual administración. Con este duro golpe, y a semanas de las elecciones de alcaldes, gobernadores y constituyentes (15 y 16 de mayo), el Presidente de la República no tuvo más opciones que anunciar la promulgación del proyecto de ley que envió el Congreso, permitiendo así el retiro de fondos desde las administradoras de pensiones.
El proyecto del Ejecutivo por separado
Con la derrota del Ejecutivo en el TC ya consumada, el Gobierno tomó la decisión de retirar su proyecto de ley y presentar diferentes proyectos que permitan aplicar algunas de las medidas que estaban contempladas en su iniciativa.
Entre las acciones que destacan se encuentra la creación de un mecanismo para restituir los fondos retirados en esta oportunidad que implicaba un aporte Estatal y de los empleadores, impuestos para quienes tuviesen rentas superiores a los CLP $1.8 millones mensuales, un bono de $200.000 para los afiliados que no tuviesen fondos en las AFP y otro bono para quienes estuviesen acogidos al sistema previsional de rentas vitalicias (servicio entregado por compañías de seguros) que a su vez tendrían que reintegrar con descuentos de su misma pensión desde el 2022.
Medidas que parecen razonables y sensatas, pero que en un año electoral tienen poco efecto. Es más, ya algunos parlamentarios anunciaron que irán por un cuarto retiro de los fondos de pensiones, demostrando que en este tema, encontraron la gallina de los huevos de oro para ganar popularidad.
Pero también podría marcar la salida de algunos ministros, por el poco peso político para enfrentar los últimos meses de Gobierno, y el nacimiento de una coordinación de la fracturada oposición, al alero de la Presidenta del Senado, Yasna Provoste.
SE PROFUNDIZA LA CRISIS POLÍTICA EN CHILE
La crisis política y social de Chile se viene arrastrando desde el Estallido Social del 18 de octubre de 2019, interrumpido por la pandemia y agravado por esta misma.
Teniendo esto como antecedente, la legitimidad del Gobierno de Sebastián Piñera ha estado entredicho desde hace muchos meses, agravado por la ineficiente forma de enfrentar la pandemia y la poca solidez de las medidas económicas que permitan a las personas, poder hacer frente a la mayor crisis de las últimas décadas.
La crítica constante al Gobierno es que las ayudas sociales no alcanzan o no llegan a todos quienes lo necesitan, dejando a su merced a familias empobrecidas a raíz de la pandemia y a esas familias que ya estaban en la línea de la pobreza.
Si a esto le sumamos que el 2021 es un año marcado electoralmente, tanto oposición y oficialismo le han dado la espalda al Gobierno, dejándolo en una orfandad que no se veía en años. Además, el poco tonelaje político de su gabinete (que ha sufrido 14 cambios en 3 años), marca un solitario camino en el último período de su mandato.
La pelea por impedir el tercer retiro, fue la prueba palpable de que la administración del Presidente Piñera se encuentra navegando sola, sin apoyos y sin un rumbo claro. La discusión de estas temáticas y las que vendrán -como un nuevo sistema tributario, impuesto a los super ricos, entre otros- implica una serie de acuerdos políticos de todos los sectores. Sin embargo, el Gobierno ha mostrado una postura rígida, intransigente y desconectada de la realidad de los chilenos, sumado a un descontento generalizado.
El rechazo del Tribunal Constitucional dejó en evidencia que la falta de apoyo al Gobierno es ya transversal, cuya presión puede que se mantenga hasta el fin de su mandato. Esto ha abierto las aspiraciones de una oposición que hasta ahora se ha mantenido fragmentada, y ha prendido las alertas en el oficialismo y sus candidatos presidenciales.
Una coalición que asumió para quedarse al menos 8 años en el poder, hoy corre el riesgo de perder todo si no se toman cambios profundos que vuelvan a encantar a los chilenos. Y en un año electoral no es una tarea sencilla.

Francisco Pincheira
Director Ejecutivo de LLYC Chile
Periodista y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Santiago, Diplomado en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Alberto Hurtado y Magíster en Comunicación Estratégica por la Universidad Adolfo Ibáñez. Con más de 15 años de experiencia, además de haber pasado por agencias y medios de referencia como Diario Financiero, ha liderado la comunicación de compañías como Transelec y Grupo CGE (GNF Chile), entre otras.