Riesgos regulatorios y seguimiento parlamentario en la XII Legislatura
Gerente de Asuntos Públicos de Llorente & Cuenca
El seguimiento de la actividad parlamentaria se convierte en esta XII Legislatura en pieza clave de las estrategias empresariales. La fragmentación parlamentaria tiene dos efectos que recomiendan conocer de antemano las intenciones de los grupos parlamentarios debido a las varias posibles mayorías absolutas. Primero, los proyectos del Gobierno pueden sufrir cambios profundamente en su tramitación por el Congreso. Segundo, los partidos necesitan diferenciarse respecto de sus oponentes ante el electorado. Ahora hay cuatro grandes partidos a nivel nacional en lugar de dos y, en la búsqueda de la diferencia, van a poner en duda nuevos aspectos de la vida económica y social del país que antes no se cuestionaban.
Muchos han hablado de que las Cortes Generales van a recuperar su papel como motor de la política española. Lo cierto es que difícilmente el parlamento podría tener un papel que nunca tuvo en realidad. Aunque la nueva estructura fragmentada va a facilitar que cobre protagonismo.
Rajoy cuenta con la mayoría parlamentaria más exigua de toda la democracia desde la Transición. El Grupo Parlamentario Popular tiene 134 diputados, a 42 diputados de la mayoría absoluta. Puede contar con el apoyo de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro y el de Foro Asturias, ahora en el grupo mixto y que se presentaron en sus listas. Pero estos diputados regionalistas también necesitarán marcar una agenda propia, diferenciada del grupo popular, para cobrar relevancia en sus territorios.
Ciudadanos (32 diputados) será un apoyo clave. Sin embargo, las expectativas de que fuera el apoyo habitual se ha ido desdibujando en estas pocas semanas de legislatura. El Partido Popular busca prioritariamente los votos del PSOE (84 diputados). Las negociaciones del techo de gasto mostraron esta mayoría en la que el PSOE arrancó la subida del 8% del salario mínimo a cambio.
Otros partidos nacionalistas, como el Partido Nacionalista Vasco (5 diputados), Coalición Canaria (1) y Nueva Canarias (1) son otros socios con los que los populares están planteando acuerdos.
Unidos Podemos (71) se ha mostrado muy poco favorable a encontrar acuerdos con Rajoy. Esta situación no le resta relevancia porque existen mayorías alternativas y por su facilidad de poner temas en el debate público. Los partidos nacionalistas catalanes, Esquerra Republicana (9) y el PDECat (8) pueden también jugar un papel relevante en el Congreso. El arco parlamentario lo cierra EH Bildu (2) que cuenta con menor margen de negociación, aunque puede sumar sus dos diputados para hacer variar mayorías.
En estas semanas, hemos visto como las mayorías absolutas en el Congreso están siendo fluidas. Hemos visto en funcionamiento cuatro combinaciones diferentes.
Primero, la del Partido Popular y PSOE. Es la menos costosa para el Gobierno (sólo requiere convencer a un partido para la mayoría absoluta) aunque saben que el PSOE no va a regalar sus votos y va a pedir contrapartidas que puedan vender públicamente. Si se suma o no Ciudadanos no es relevante en esta ecuación siempre que el Gobierno consiga que el partido naranja no se sienta ninguneado.
Segundo, una mayoría de derechas entre el PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria a la que se puede sumar el PDECat o Nueva Canarias. En materia económica hay muchos puntos en común entre estos partidos e, incluso, en determinadas políticas sociales. Siempre que los nacionalistas no sientan agredidas las competencias autonómicas, se pueden llegar a acuerdos.
Tercero, una mayoría de progreso que incluya al PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos a la que se pueden sumar otros. Sobre todo, muestran acuerdo en lucha contra la corrupción, control parlamentario del Gobierno (como en el caso de los nombramientos) y alguna medida social (siempre que sea genérica y no muy detallada, como ocurre con algunas proposiones no de ley).
Y cuarto, una mayoría de izquierdas, integrada por PSOE, Unidos Podemos a la que se sumarían partidos nacionalistas. En aquellas políticas que tengan que ver con las competencias autonómicas, puede funcionar esta mayoría. El esfuerzo del primer Gobierno de Rajoy para apuntalar la unidad de mercado se podría tumbar con esta mayoría con la introducción de enmiendas a los proyectos de ley.
En definitiva, el seguimiento de la actividad parlamentaria se convierte en clave para ver anticipadamente qué mayorías se van a conformar en cada uno de los procesos políticos que se pongan en marcha y para saber qué transmitir a cada grupo político.