Lula gana en un país dividido

La elección del presidente Lula representa el regreso emblemático de la figura política más relevante para Brasil desde la redemocratización. Tras ser detenido, por los procesos Lava-Jato, el mandatario logró que se anularan a tiempo para postularse a la presidencia de la república, y aunque goza de un gran rechazo por parte del electorado nacional, logró salir electo con un discurso hizo contrapunto a las principales agendas defendidas por el actual presidente.
Con el 50,8% de los votos obtenidos, lo cierto es que su elección no representa carta blanca por parte de la sociedad brasileña para que gobierne como quiere. De hecho, los números electorales muestran claramente un país social y políticamente fragmentado, que exigirá aún mayor experiencia política de Luiz Inácio en su tercer mandato.
El crecimiento de lacentroderecha en el Congreso Nacional, y el debilitamiento del Centro-Izquierda, especialmente con la pérdida de relevancia del PSDB (partido que gobernó el país en dos ocasiones), demuestran que el pueblo brasileño sigue insatisfecho con la forma en que se conduce el país, especialmente en temas como la Seguridad Pública y economía, además de demostrar la relevancia y fortaleza de grupos conservadores, como los evangélicos.
