INFORME SOBRE EL JUICIO POLÍTICO A GUILLERMO LASSO

16 Abr 2023

El presidente Guillermo Lasso, en el poder desde el 24 de mayo de 2021, se prepara para afrontar, en menos de dos años de gobierno, un tercer intento de destitución por parte de la Asamblea Nacional. Una situación inédita que rememora la inestabilidad política que atravesó Ecuador entre 1997 y 2007, cuando tuvo siete presidentes en diez años, y que parecía ya superada. La Corte Constitucional admitió únicamente una de las tres acusaciones que las fuerzas de oposición lideradas por el correísmo formularon en contra del presidente. Desechó las dos acusaciones de concusión y admitió únicamente la acusación de peculado relacionado con la Empresa Pública Flota Petrolera Ecuatoriana (FLOPEC EP). Ahora está en manos de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, presidida por Fernando Villavicencio, realizar una valoración de las pruebas de cargo y de descargo para entregar al Pleno de la Asamblea Nacional un informe en donde deberá recomendar o no continuar con el enjuiciamiento político.

Existen varios escenarios derivados que podrían desarrollarse en los próximos días. Uno de ellos es que el juicio político llegue al Pleno y en este se cuenten con los 92 votos necesarios para la destitución de Guillermo Lasso. En este caso, el vicepresidente Alfredo Borrero asumiría la presidencia del país. Aunque este escenario podría generar inestabilidad política en el corto plazo, también podría significar una oportunidad para que el nuevo presidente adopte correctivos. Otro escenario posible es que la votación en el Pleno no alcance la mayoría calificada y Guillermo Lasso eluda con éxito el intento de destitución. En este caso, el presidente tendría podría culminar su mandato hasta 2025, pero enfrentando a una oposición más fuerte que no cesará en sus intentos por destituirlo. Por lo cual, el panorama de gobernabilidad empeoraría. Finalmente, existe la posibilidad de que, en el curso del juicio político, el presidente decrete la disolución de la Asamblea Nacional, lo que implicaría una convocatoria a elecciones anticipadas presidenciales y legislativas para completar el periodo hasta mayo de 2025. Este desenlace agudizaría, aún más, la tensión política y podría favorecer el regreso del correísmo al poder al ser ésta la fuerza política mejor preparada para un proceso electoral en el corto plazo.

A continuación un análisis sobre los posibles escenarios, sus protagonismos y sus impactos.