Ecuador: Medidas COVID-19 y Perspectivas

Fotografía: EFE
Quito
17 de marzo de 2020
El Gobierno ecuatoriano profundiza acciones de contención del COVID-19; la economía mantiene su deterioro
La crisis global producto de la expansión del COVID-19 representa un shock externo para la economía ecuatoriana y un shock social para los ciudadanos. Los efectos macroeconómicos anotados en nuestra última Nota Técnica (NT) se mantienen: bajo precio del barril de petróleo, aumento signficativo del indicador de riesgo país y apreciación del dólar estadounidense.
En este documento repasamos las principales medidas tomadas por el Gobierno Nacional, comentamos acerca de las virtudes de la anticipación frente a escenarios de riesgo reputacional y esbozamos algunas perspectivas.
EL GOBIERNO AUMENTA LAS MEDIDAS DE MANERA PROGRESIVA
La capacidad de avance del COVID-19 a nivel mundial, se reprodujo también en el contagio económico consecuente. Es así que, los efectos negativos en los mercados internacionales fueron atendidos por el Gobierno con una serie de medidas que respondían a una realidad ciertamente “lejana”.
Conforme avanzó la propagación del virus, el régimen debió localizar sus acciones y, este fenómeno -que comenzó siendo un shock externo y se mantiene- derivó en un shock social.
Las principales medidas tomadas inicialmente por el Gobierno fueron:
- Restringir el ingreso de extranjeros en vuelos internacionales y el transporte terrestre internacional y marítimo desde el domingo 15 de marzo a las 23:59.
- Prohibición de actos masivos de más de 30 personas y cierre de pasos fronterizos del Ecuador.
- Circulación vehicular permitida solo para actividades básicas y relacionadas con asuntos de salud.
- Suspensión de actividad comercial de establecimientos que concentren más de 30 personas, a excepción de: Artículos de primera necesidad; farmacéuticos; médicos; ortopédicos y servicios financieros. Servicios de alimentación en hoteles, pensiones y albergues, funcionarán solo para sus huéspedes.
- No se harán cortes en servicios residenciales por falta de pago.
- Empleadores y trabajadores deberán acordar modalidades y jornadas de trabajo, no habrá despidos.
- Los pagos de impuestos abril, mayo y junio, se diferirán en 6 meses.
- Estado de Excepción decretado en todo el territorio nacional y suspensión de todos los servicios salvo los básicos, salud y alimentación.
- Toque de queda desde el martes 17 de marzo a la medianoche, hasta las 05:00 y vigente por 14 días, suspensión de vuelos domésticos y transporte interprovincial.
Estas medidas han sido complementadas con otras más, por alcaldes de cada ciudad.
ANTICIPAR SOBRE LA BASE DE LAS LECCIONES DE OTROS PAÍSES
Para los empresarios ecuatorianos no debería existir la pregunta de si el COVID-19 va a afectar sus operaciones, si no cuándo será y cómo.
Si bien muchas de las actividades ya han sido suspendidas y algunas cadenas de producción afectadas, hay que ser claros en señalar que esto recién ha comenzado en Ecuador y los riesgos están al frente.
Lecciones valiosas en el campo de la comunicación, son algunos buenos ejemplos registrados en Asia y Europa. En ellos, destacan portavoces preparados, transparencia, fiablidad y claridad en los mensajes transmitidos. Estos elementos han sido muy apreciados por los ciudadanos, al margen de la dureza de los asuntos y anuncios abordados.
En virtud de nuestro principio de comunicación clave, la anticipación, en estos momentos, es determinante para que -desde el sector corporativo- se atiendan con eficacia las tareas de información a sus stakeholders principales y a la sociedad en su conjunto, con un claro sentido de urgencia. Esta fórmula no es solo necesaria, sino responsable.
La repercusión real de este desastre, el coste económico que va a suponer en el ámbito empresarial e industrial de cada país es todavía incalculable, pero lo que es seguro es que los que fueron un poco más previsores, los que se anticiparon a los demás y se prepararon -a todo nivel-, los que tuvieron un poco más de prevención, no solo tendrán muchas más posibilidades de competir, sino que contribuirán de una forma más decisiva a reducir las consecuencias de la crisis que se cierne sobre nosotros.
PERSPECTIVAS
El impacto más importante -en lo social y económico- será en el empleo. Esta realidad -que ya venía deteriorada- solo se profundizaría en el corto plazo. Este efecto se debe tanto a razones locales como a las derivaciones del estancamiento económico global. Principalmente lo sentirán empresas dedicadas a actividades de transporte, turismo, hotelería, entretenimiento, las que tenga altas exposiciones a trabajar con el Estado y las del sector exportador.
Problemas de liquidez a la vista. El efecto para el sector privado vendrá por falta de actividad económica, cancelación de contratos, renegociaciones o cambios en esquemas de servicio. Para quienes tienen contratos con el Estado, sus pagos probablemente demorarán. Además, la demanda agregada podría reducirse, ya que existe la posibilidad de que los salarios en el sector público demoren en ser cancelados. Por su parte, los bancos privados han mostrado apertura en cuanto a plazos de pago de cuotas y refinanciamiento de créditos, lo cual aliviará -en parte- a algunos.
Probable saturación del sistema de salud público. En la medida en que crece el número de contagiados -que al momento de escribir esta NT fue cercano al 100% en un día-, el alcance de un contagio de mayores proporciones podría saturar el sistema de salud público, como ha sucedido en otros países. Cabe señalar, que las medidas del Gobierno apuntan a limitar los contagios y esta posible consecuencia en el sistema.
La reactivación dependerá mucho de China. Existen primeras señales de esta recuperación aunque su consolidación tomará todavía un tiempo adicional. Para industrias como camarón, hidrocarburos, importadores y textiles, serán meses complejos los que restan de 2020.
Sectores que reciben menos efectos negativos. Si bien la actividad económica camina hacia un proceso de enfriamiento, servicios como el transporte de bienes a domicilio, retail o las relacionadas a la provisión de soluciones tecnológicas, recibirían una demanda importante. Los primeros debido al aislamiento y la percepción de posible desabastecimiento y, los últimos, por las nuevas modalidades de trabajo remoto que la población requiere, así como el Gobierno, para su operación.
Las empresas deberán recalibrar sus pronósticos para 2020 y comenzar a preparar el 2021 en un marco de inestabilidad mayor. Como advertimos en anteriores NT, las condiciones estructurales de la economía no eran halagadoras y los pronósticos de crecimiento bajos. Esto sin el efecto del COVID-19. Es por ello que, así como las previsiones de crecimiento de la economía ecuatoriana, la mayoría de empresas deberán revisar sus pronósticos y reestimar los resultados para 2020, sin dejar de ver hacia 2021 que arrancará con elecciones generales y nuevo mandato hacia el segundo semestre. Los temas de entorno es cuando más tendrán relevancia en la formulación de estrategias y planes de choque.
Momento de construir o reforzar reputación. En este mundo hipercomunicado e hipertransparente, los ciudadanos ponen mucha atención a las acciones de los líderes y de las empresas. Sus equivocaciones pueden costar mucho y sus aciertos dar un gran “apalancamiento social” deseado. En estos momentos, muchos sectores, en particular empresas, que puedan apoyar a solucionar carencias o problemas de los ecuatorianos confinados, podrán mejorar, blindar o construir reputación.
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